jueves, 21 de mayo de 2020

Terminar de estudiar


¡¡¡Hola queridos lectores!!!

A inicios de año, en un festejo de cumpleaños sucedió más o menos la siguiente conversación entre mi papá y un primo de la festejada:

Padre: ¿Cómo vas en la escuela?
Niño: Más o menos
Padre: ¿Hasta dónde piensas estudiar?
Niño: Hasta terminar (se entendió que una carrera, aunque no sabe cuál)
Padre: ¿Terminar qué?
Niño: Pues… hasta terminar…
Padre: Pero ¿terminar qué? Así como la ves (señalándome a mí) ella sigue estudiando y aún le falta.

Después de eso la cara del niño fue una mezcla de desconcierto y desilusión y se fue a comer pastel.

Creo que en muchas ocasiones no valoramos el aprendizaje y lo vemos como una obligación, al ser una obligación se vuelve tedioso y preferimos hacer otras cosas. Con valorar el aprendizaje no me refiero solo a la educación que se brinda en la escuela, también me refiero al aprendizaje en casa, a las anécdotas de nuestros mayores, al conocimiento empírico de otras personas que amablemente nos brindan.

Y sí, la educación es una obligación, el estado está obligado a brindar instituciones educativas y docentes a sus habitantes, pero para dichos habitantes esa educación es un derecho.

Termino la entrada con un par de preguntas ¿En qué momento se termina de estudiar? ¿En qué momento dejamos de aprender?

Saludos queridos lectores =)

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