Hola mis
queridos, abandonados, pero nunca olvidados lectores.
Esta semana el
metro de CDMX cumplió sus primeros 50 años de operación, durante todo este
tiempo se pueden decir muchas cosas malas y buenas del metro, muchas quejas,
muchos memes, pero a mi parecer sin lugar a duda es la mejor manera de
trasladarse en la ciudad.
El metro de la
cuidad de México es el único metro que he utilizado, he leído y escuchado una
variedad de comentarios respecto a los metros de Monterrey, París, New York,
Japón, todos tienen sus ventajas y desventajas, así que no, no hay metro
perfecto.
Nuestro metro pareciera
ser una ciudad aparte, gente yendo y viniendo, enamorados por aquí,
malhumorados por allá, estudiantes haciendo tarea o estudiando para algún
examen, estudiantes o trabajadores tomando una siesta, niños emocionados viendo
por la ventana y otros haciendo berrinche o brincando por el vagón, gente
distrayéndose con algún libro o redes sociales, otros alimentándose, en las
diferentes estaciones o transbordos podemos encontrar murales, tienditas, el
túnel de la ciencia que hace poco recorrí en parte emocionada y en parte
pensando en qué momento terminaría de recorrerlo, hablando de transbordos, teniendo
distancias de 880m en atlalilco, 800m en la raza, 620m en Pantitlán y 580m en
ermita podrían ser una opción para mantener a las personas en forma.
El miércoles 4
de septiembre que se conmemoraban los 50 años de la inauguración del metro, dio
la casualidad de que iba pasando en metro Mixcoac y aproveché para conocer el
museo del metro. A decir verdad, me gustó bastante, había algunas curiosidades
que ya había leído o escuchado, pero verlas o ver algunas otras me resultó
bastante agradable.
Por ejemplo, mi
madre me ha llegado a contar que ella utilizaba los “abonos” eran boletos que
se introducían en la ranura, salían por el otro lado y podían utilizarse durante
15 días, el que ella utilizaba venía en “paquete”: un boleto para el RTP y otro
para el metro. Evidente en el museo se encuentra la colección de los diferentes
boletos, tanto los “normales” como aquellos que conmemoran alguna fecha: el
aniversario de escuelas como la ENEP, IPN, UPIITA, CINVESTAV, así como de
distintas instituciones, revistas, etc. Las diferentes versiones de las
tarjetas, también cuenta con el primer uniforme que utilizaban los conductores,
de estilo francés y muestras de diferentes objetos prehispánicos encontrados durante
la construcción de algunas líneas y estaciones.
La iconografía del metro es otro punto a considerar, basada en elementos relacionados a la estación, ya sea del entorno como el mercado de la merced o la escuela normal superior o la UNAM o el IPN o como elementos encontrados en la construcción como el adoratorio a Ehecatl o el fósil de mamut, los colores de las líneas nos ayudan a identificarlas fácilmente "te vas por la línea amarilla", "nos vemos en atlalilco línea verde", resulta mucho más sencillo relacionar las líneas por los colores que por su número.
La entrada al museo
es gratuita, olvidé fijarme en el horario en que puede visitarse y como pueden
observar se pueden tomar fotografías siempre y cuando sean sin flash. Dentro
del museo se encuentra una tiendita con aspecto de taquilla, el señor que
atiende es muy amable y se pueden obtener diferentes artículos como metros de
juguete, chanclas o tops con el mapa de la red, termos y demás, sin duda una
experiencia que vale la pena, usemos o no el metro de CDMX.