miércoles, 10 de marzo de 2021

8M 2021

 Hola queridos lectores

Han pasado tantas cosas estos días que realmente no sé de qué hablarles, además de que el cambio de día de publicación a domingo no me está funcionando muy bien ya que por proyectos personales los fines de semana están algo ajetreados y sin salir siquiera a la ventana, ya resolveré ese punto, pero no quería dejarlos sin entrada esta semana.

Ayer por la mañana me estaba mensajeando con un amigo y me preguntaba qué opinaba sobre los destrozos que se realizaron en algunas manifestaciones, quería saber si estoy a favor o en contra de los daños a monumentos y la intervención a la ya famosa valla, así como las agresiones a las policías.

Como le comenté a este chico y le he comentado a muchas personas más, creo que hay formas pacíficas de resolver las cosas, pero también creo y soy consciente que cuando ya se acabó la voz rogando, gritando, exigiendo, pidiendo de favor, protestando en silencio, con bailes y cantos; cuando se pasa por el miedo, indignación, ira, terror, coraje; cuando ya no se tienen más lágrimas porque se han derramado todas y la respuesta sigue siendo una negativa, la total indiferencia, burlas, cinismo o descaro ¿Qué otra forma queda? ¿Cómo se les pide a sobrevivientes, a familiares de víctimas de violencia o feminicidios que no rompan, rayen o quemen cuando han pedido justicia de mil y un formas posibles?

Llegó un momento en el que este chico me hizo tantas preguntas de ¿Porqué crees…? ¿Qué pasa si…? ¿Qué significa el término que usaste? Entiendo el punto, pero… Y entre tantas preguntas uno de sus mensajes fue “Mucha de mi opinión del movimiento es conociendo tu postura, mis preguntas no son para desacreditar, son para conocer más” Eso me hizo pensar que quizá así como hay personas que lanzan preguntas y argumentos para desacreditar el movimiento feminista (y cualquier otro que no les parezca) hay personas que sí quieren saber, cuyas preguntas son por curiosidad genuina, sin embargo, se pierden y confunden en el mar de ataques que reciben muchas feministas estos días y terminan obteniendo respuestas agresivas.  

Creo que, si se quiere saber más de un tema, no sólo de forma teórica sino por experiencia de otras personas, hay que saber cómo acercarse, cómo preguntar sin que parezca una agresión. Sin duda es algo difícil, sobre todo en redes sociales y mensajes, muchas veces la comunicación escrita no se nos da y no logramos enviar el mensaje que queremos y muchas veces por el ánimo que tenga la otra persona puede recibir el mensaje de una manera o con una entonación diferente; combinando ambos elementos tenemos que el mensaje ni se envía ni se recibe con la intensión original.

Pero bueno queridos lectores, hasta aquí la entrada del día de hoy, cuídense mucho, que tengan una bonita semana.

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